“En la posguerra comíamos gatos y estamos a punto de empezar a volver a hacerlo” digo, como título

“En la posguerra comíamos gatos y estamos a punto de empezar a volver a hacerlo” digo, como título

sábado, 5 de diciembre de 2015







hugoIA


Hay distintas maneras de mirar, de hablar, de organizar la espera y el sonido.
En un call center se trabaja con esta materia, la espera, el oído, los ojos: mirar, hablar, callar.
Hay distintas posturas de espera, ¡hay tantas posturas de escucha!
Silencios inmóviles.
Silencios tan plagados de movimiento como una cama llena de chinches.

Seis horas fijos, seis horas siendo oído, ojo, percusión sin música de teclado- seis horas-, extensión de aburrimiento.
Distintas personas cercan distintos sucesos, se unen voces en distancia en el espacio físico de un cubículo que no cumple la normativa laboral.

Está Hugo.
Hugo está en el call, que suena tan parecido a cole que es colegio al fin y al cubo.
Los gestos de espera de Hugo juegan, él siendo él mismo, juega.
La frustración pasa por la resignación y la costumbre,
Tiene el cuerpo y la vida hecha a ello. Llena los carrillos de aire y a veces se le puede ver un puchero –llega a él el niño aburrido, hambriento de colores que silencia cada mañana-.
Cuando atiende y habla y escucha y es sonido- con las manos apresando el viento y los ojos abiertos,  su velocidad de ahogo- lee- atropellando comas, sílabas y aliento-, leyes de protección de datos.

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