“En la posguerra comíamos gatos y estamos a punto de empezar a volver a hacerlo” digo, como título

“En la posguerra comíamos gatos y estamos a punto de empezar a volver a hacerlo” digo, como título

lunes, 11 de mayo de 2015

Quisiera escribir otra cosa, quisiera escribir raíz, nacimiento, vida.

El aire está enrarecido,
el aire anuncia,
el vuelo horizontal de las hojas en otoño
parece adueñarse de esta primavera que ya acaba.

El aire anuncia
la pérdida de tus posesiones,
éstas son poca cosa,
pero cosa imprescindible:
el derecho a perderse,
a andar sin límites,
a andar
de otra manera que no sea en círculo,
a andar.

El derecho a una respiración libre,
a ser inapetente,
poder arrojarse sin la mirada en la espalda,
poder arrojarse
y no esperar.

No puedo entender la finalidad,
no puedo entender apenas
por qué sucede el desgarro,
por qué la ausencia
-y esta especie de muerte adelantada,
esta condena-.

El aire está enrarecido,
el aire anuncia
el futuro de amarillo podredumbre,
la saliva, enfermedad,
la enormidad de estos días,
la enormidad,
y no hay quien me auxilie,
y no hay manera de rescatarte
y construir
y construirnos
la huida.

Sólo, de nuevo y solamente
el estreno de la herida,
el campo agreste
y esta distancia
que ya empieza.