Podemos meter la inmensidad en un vaso,
coger el vaso, llenarlo entero de humo,
acabar con la inmensidad dentro del vaso,
dedicarnos al presente:
preguntar ¿estás cansando?,
preguntar ¿tienes miedo?
Podemos retroceder hasta mañana
sentados frente a frente
sosteniendo este silencio nuestro.
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